Las leyendas y los mitos guardan significados poderosos.

Estilo cerámico

Aún hoy, en el presente, la cosmología que subyace a Chavín cuenta con más de 280 millones de seguidores.

El verdadero nombre de la Estela Raimondi

La 'Estela Raimondi' se denominaba en su tiempo: El Castigador; y reseñaba los castigos que propiciaba a la falta de humildad el implacable Destino.

En una cultura realista, que no se permitía los vuelos de la imaginación; no era posible hablar de castigo en el 'infierno' o en el más allá. Los castigos debían ser concretos; los rostros de los castigadores debían poder verse para que la reprimenda fuese efectiva.

¿Qué sabían las mujeres del oráculo de Chavín?

Sabían lo mismo que todas las 'pitonisas'; las de Sumeria, las de Egipto, las de Cannán, las de Grecia, las de China, las del presente:

Que los individuos nunca jamás actúan por sí mismos. Su caràcter es herencia de su raza/cultura, y su temperamento está determinado por su signo zodiacal.

Entonces, ¿que márgen de 'libre albedrío' le puede quedar al individuo?

Las caracolas de Chavín

En 2001 se hallaron 20 caracolas completas de la especie marina Strombus Galeatus en Chavín de Huántar, 250 kilómetros al norte de Lima, Perú.
Científicos acústicos de Stanford University presentaron su análisis de los sonidos que producían las caracolas Chavín en la Reunión Panamericana/Ibérica de Acústica en Cancún, México el 17 noviembre del 2.010.

Grabaron los sonidos de las caracolas y analizaron las propiedades acústicas de cada caracola. Al igual que las cornetas, las caracolas sólo pueden sonar en dos diferentes tonos, pero su altura – o percepción del tono – puede cambiar cuando se mete la mano en la apertura de la caracola.

Los científicos también exploraron cómo sonaban las caracolas en las cámaras en donde se las hallaron. Por la arquitectura de las cámaras parece como que el sonido se originara desde diferentes direcciones, lo que produciría un estado Theta de viaje astral, o desdoblamiento astral.

Templo de Mujeres

Chavin era un ACLLAHUASI, un templo exclusivo de mujeres, quienes eran seleccionadas por su belleza y virtudes, y que estaban dedicadas a conservar el fuego sagrado. Así también se dedicaban a preparar las bebidas típicas que se consumían en las fiestas, sobre todo la chicha de maíz, que se libaba en las ceremonias religiosas.

Pero éstas no son mujeres al servicio de los hombres, como en las culturas europeas; y tampoco son concubinas de los Dioses. Ellas son mujeres en sí mismas y por sí mismas, en una cultura donde la mujer tiene un rango superior.